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Algo que quema

Algo me quema
las yemas
las puntas de los dedos
el estómago
las venas
las piernas
Algo me arde
en mi burbuja más interna
se me inflama la flema
me vibran las vértebras
la lengua se enerva
me quema una llama
que no titubea
me quema un respingo
un sol de domingo
un hallazgo ladino
color vespertino
La llama me quema
como buen mal poema
me planta en la cara
una inevitable estampa
una misión sagrada
por una vía profana
una línea recta
de curvas cargada
Me queman las palabras
en la garganta agolpadas
me quiebran la calma
me patean de la cama
me cosquillean cada esquina
y me sacan nuevas canas
Este fuego que arde
esta llama malsana
esta luz voraz
temida y adorada
me consume el alma
me obliga a sacarla
estúpida y plana
la rima incendiada
la causa sin causa
algo por la nada
la belleza inventada
la palabra por la palabra
y la creación vana
igual que una daga
muy poco afilada
apuñalando sin éxito
por la espalda
Más vale una hoguera
cutre
patética
mala
más vale que las cenizas
breves
ordenadas
sanas
de una llama sofocada

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