La tristeza acecha inmersa acecha encorvada en una alcoba estrecha a izquierda y derecha acecha la tristeza acecha para saltar a la brecha, acecha para volar sobre tu cabeza, te acecha y sospecha que podrá capturarte, solo dale un instante, recuerda un detalle, pasea la mirada hasta el fondo del valle, la tristeza acecha en una esquina a la que siempre se llega
Nos dejaron sin cigüeñas. Nunca fueron nuestras. Tampoco suyas. Ha muerto un hombre alegre. Tras la pena, hay que volver a la alegría, más alegría aún: más fuerte, más plena, más tranquila, más sincera, más sencilla, para compensar la que se fue. Unas pocas palabras pensando en Luis Eguílaz , el día en que descubro que nos ha dejado.
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