Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de febrero, 2019

Creación y dinero: las grandes preguntas

Hay una gran cuestión para un creador que se quiere mantener "puro" en su creación: ¿hasta qué punto venderse? El más purista quiere hacer su arte y punto. Es algo ideal. Pero no paga las facturas. Y es complicado hacer solo tu arte -y punto- sin pagar las malditas facturas. Porque respirar pasa factura. Estar en el mundo pasa factura. Por eso es tan fácil que los padres vean a sus bebés como una gran deuda a pagar eternamente. Y por eso es tan fácil que los que podrían ser padres no lleguen a ver a esos bebés. Volviendo a la tensión de la creación y el dinero. Las dos soluciones extremas son: uno, crear con toda fidelidad a los criterios propios, sin intentar vender siquiera; dos, tratar de vender por todos los medios imaginables, aunque implique cambiar la visión creadora, la forma, el resultado, lo que sea. Entre los extremos hay infinidad de variantes, si las consideramos así por diferencias en sutilezas aquí o allá. Pero entre los dos extremos hay una diferencia clave,

Honestidad intestinal

Corro, no porque me guste correr, sino porque me gusta dejar de correr. (Y la verdadera razón: porque espero reducir algo la lorza). Siguiendo esa lógica, igual tengo que empezar a ayunar. Me cago en la suerte de pisar una mierda. La vida es lo que haces en los intervalos entre las cosas que consideras tu vida. (Pero Lester lo dijo mejor en The Wire: "Una vida, McNulty, ¿sabes qué es eso? ¡Es la mierda que pasa mientras estás esperando por momentos que nunca llegarán!".) Si la poesía no es joven, ¿es siquiera poesía? La juventud es un motor, la vejez una carrocería. Por eso hay viejóvenes y joviejos. A la verdad no le importa la estética. Por eso a menudo se la tacha de sucia. Cada uno sabrá con qué se regala y con qué se tortura. Hay que cuestionarse la rutina rutinariamente. En la puntuación hay más opinión de lo que unos cuantos letreros creen. ("Opinión": es decir, intención del emisor, por decirlo en unos términos académicos qu

No sé

Todo es un enorme malentendido. Quiero un caramelo. Lo digo aquí porque soy estúpido. Digo que soy estúpido porque me gusta echarme mierda, pero en realidad me creo listo. Me gusta echarme mierda porque tengo algún tipo de complejo sobre no merecer lo que tengo y estar viviendo más injustamente y más egoístamente de lo que debería. Me creo listo porque voy un poco más allá, y para mi ego y mi orgullo, eso es suficiente. Más que eso, no sé. Soy de tipo altamente reflexivo, poco ejecutivo. Todos los días revoluciono mi mundo mentalmente y todos los días mi mundo se queda igual. Dios murió en mi cabeza -lo maté sin querer- pero dejó un residuo cruel: la trascendentalidad. Ahora que quiero matarla, no sé.

Dado que no somos nada

Dado que no somos nada nada más que una excepción una excepción anonadada anonadada de la Creación Queda jugar a existir a existir como personas personas en un sinvivir un sinvivir de neuronas Queda ignorar el vacío queda tomar los placeres queda evitar el frío y mientras hacer los deberes No te enfrentes a la verdad ni te hundas en el lodo No tengo nada que enseñar y quiero enseñarlo todo

Mierda

A life, McNulty, you know what that is? It's the shit that happens while you're waiting for moments that will never come! Lester en The Wire, 3x09 Vamos a tocar la moral. Soy un quejica redomado, pero he visto una entrevista de Céline y por lo visto, no más que él. Soy un perfecto vago, y como tal, en una sociedad de justicia implacable se me habría acabado la tontería hace tiempo. Si eres un posible empleador mío y estás leyendo esto para saber si soy tu hombre, hazte un favor y haz caso de lo que ves aquí, no de una posible carta de recomendación. Si no escribes para que te lean, ¿para qué escribes? ¿Escribes por escribir? ¿Tan vacía es la vida? ¿Escribes por perdurar? ¿No sabes que desaparecerás igual? ¿Escribes por desahogarte? ¿No tienes amigos? ¿Escribes por hacer algo? ¿No hay nada mejor que hacer? ¿Escribes para ti mismo? ¿Tanto te necesitas? Ahora no te acojones. Todas son razones perfectamente válidas, maldito. Supongo que algunos

La revelación de lo intangible

Vamos a escribir. Todos tenemos nuestra mierda. No hay realidades personales menos reales que otras. Pero sí hay mierda más reveladora que otra. La mierda que ocurre en realidades límite, en los extremos de nuestra condición humana, lo que nos fuerza a ser algo más que lo fácil (sea este algo mejor, peor, distinto, parecido o algo completamente extraño), todo ello, guarda revelaciones que a menudo son tan complicadas de desgranar y clarificar que la única forma que se nos ocurre de transmitirlas no es intentando identificarlas y presentarlas directamente, sino narrándolas a través de sus personajes y circunstancias. Y así nacen las historias más fascinantes, las que nos acercan a la revelación de lo intangible. Debe ser que me esfuerzo mucho por ser underground , porque llevo años escribiendo y consigo tener cada vez menos lectores. Escribo con la capucha puesta, pero no porque sea un malote. Solo tengo frío. "Patético" incluye "ético". Je. Je. Je.

Era mentira

Era mentira lo que decía el otro día de que quería quitarme las lorzas por Carmen. Es por mí, punto. Carmen -tengo esa suerte- me va a querer igual. Lo de las lorzas, además de ser una tontería, es una muestra tanto de mi ego como de mi inseguridad, sí, ambas cosas a la vez, porque por un lado soy tan dolor que me flipo aspirando a ser perfecto (y por lo visto unos abdominales entran en esa ecuación), y por otro, temo no ser suficiente para Carmen, y siento que tengo que hacer algo para estar a la altura. Y por lo visto lo más que llego a idear es una vía tan superficial como esa. Pero bueno, ya está, es lo que es, dicho está, ¡fuera! Las fotos que acompañan estos textos tienen que ser un poco interesantes, un poco aburridas. No pueden quitarle el protagonismo a los textos, tienen que supeditarse a ellos, pero tienen que llamar la atención lo suficiente para que le sea más fácil a los lectores pinchar y animarse a leer un poco. Tienen que acompañar lo justo. Y para qué negarlo, son