Notas (y algunos añadidos posteriores) escuchando "Elogio del silencio", coloquio entre Rosa Ana Izquierdo, Óscar Esquivias y Erling Kagge:
(Pensando en la Antártida)
El silencio también puede ser una cualidad visual.
Recomendación: El gran silencio (película).
(Se referían a la película de Philip Groning; por lo visto también existen con ese nombre una banda mexicana y un western italiano)
Luis Landero (escritor), cita a Schopenhauer: algo así como que cuando estamos frente a un rey, esperamos a que él hable primero.
Idea de historias entrelazadas contrastadas: vida monástica vs vida "libertina".
Idea de bar: "Offline". (Otras ideas de nombre: "Desconectar", "Conversación").
Pedir poner el móvil en modo avión.
Dejar espacio para dejar los móviles y dispositivos.
Dejar papel y bolis en las mesas.
Estimular la creación, la conversación, la escucha y el debate.
Que la gente pueda contribuir con juegos e instrumentos que donar y mantener.
(Seguro que ya existe, con algo menos de utopía romántica.)
Silencio: un libro al que se le han borrado todas las palabras, dejando sus huecos y solo quedan los signos de puntuación.
(Esta idea es parte de una idea más amplia de "libros-performance".)
(Contado por Rosa Ana) Comer en silencio: hablando no se saborea igual la comida. "El silencio es el lugar de la comunión profunda" [con los demás]. El silencio se usa a menudo como un arma.
Reflexión sobre esto último: he recordado un pasaje de Sherlock Holmes que decía (lo he buscado): "For two hours we rambled about together, in silence for the most part, as befits two men who know each other intimately." He encontrado esta traducción: "Vagabundeamos juntos por espacio de dos horas, en silencio la mayor parte del tiempo, como cumple a dos hombres que se conocen íntimamente". Tal y como yo la recordaba (o como la leí en otra traducción), decía que habían paseado mucho tiempo juntos en silencio, como solo son capaces de hacer los mejores amigos. Una cita cuya idea se me grabó, y me ha hecho fijarme muchas veces después en cómo es cierto que con alguien con quien tenemos intimidad podemos compartir largos silencios cómodos e íntimos, mientras que en presencia de desconocidos solemos intentar llenar el silencio, porque se hace incómodo. También decía alguien este fin de semana que, cuando se emigró masivamente del mundo rural a las ciudades, la sociedad tuvo que readaptar sus formas sociales al nuevo ámbito, porque así como en el pueblo todo lo que se dijera en un sitio público era de ámbito público, en las ciudades hubo que aprender el fingimiento cortés de no estar prestando atención a las conversaciones ajenas.
(En la ronda de preguntas, me quedé con muchas ganas de aportar mi granito de arena, pero no fue posible porque dieron la última pregunta a otra persona... ¡y encima no hizo una pregunta, no es justo! Por eso, no me pude resistir a escribir a Óscar Esquivias algo sobre esa reflexión que me hervía dentro. Lo que sigue.)
Me he quedado con ganas de recordar que entre nosotros hay algunos que viven siempre en silencio: los sordos. Lo cual me hace preguntarme por su concepción del silencio y ser más consciente de que el silencio del que hablabais creo que va bastante más allá de la mera ausencia de sonido, porque esta solo es un medio que nos facilita a nosotros, acostumbrados a estar rodeados de ruido sonoro, el acceso a ese otro Silencio fértil al que se puede incluso escuchar.
(Ya, esto tampoco es una pregunta, pero la idea era sobre todo plantear el tema de los sordos. Como Esquivias me contestó después en privado, lo interesante sería conocer la percepción e ideas sobre el tema de mano -nunca mejor dicho, dada la lengua de signos- de un sordo de nacimiento.)
Ilustración de Alfonso Zapico |
(Pensando en la Antártida)
El silencio también puede ser una cualidad visual.
Recomendación: El gran silencio (película).
(Se referían a la película de Philip Groning; por lo visto también existen con ese nombre una banda mexicana y un western italiano)
Luis Landero (escritor), cita a Schopenhauer: algo así como que cuando estamos frente a un rey, esperamos a que él hable primero.
Idea de historias entrelazadas contrastadas: vida monástica vs vida "libertina".
Idea de bar: "Offline". (Otras ideas de nombre: "Desconectar", "Conversación").
Pedir poner el móvil en modo avión.
Dejar espacio para dejar los móviles y dispositivos.
Dejar papel y bolis en las mesas.
Estimular la creación, la conversación, la escucha y el debate.
Que la gente pueda contribuir con juegos e instrumentos que donar y mantener.
(Seguro que ya existe, con algo menos de utopía romántica.)
Silencio: un libro al que se le han borrado todas las palabras, dejando sus huecos y solo quedan los signos de puntuación.
(Esta idea es parte de una idea más amplia de "libros-performance".)
(Contado por Rosa Ana) Comer en silencio: hablando no se saborea igual la comida. "El silencio es el lugar de la comunión profunda" [con los demás]. El silencio se usa a menudo como un arma.
Reflexión sobre esto último: he recordado un pasaje de Sherlock Holmes que decía (lo he buscado): "For two hours we rambled about together, in silence for the most part, as befits two men who know each other intimately." He encontrado esta traducción: "Vagabundeamos juntos por espacio de dos horas, en silencio la mayor parte del tiempo, como cumple a dos hombres que se conocen íntimamente". Tal y como yo la recordaba (o como la leí en otra traducción), decía que habían paseado mucho tiempo juntos en silencio, como solo son capaces de hacer los mejores amigos. Una cita cuya idea se me grabó, y me ha hecho fijarme muchas veces después en cómo es cierto que con alguien con quien tenemos intimidad podemos compartir largos silencios cómodos e íntimos, mientras que en presencia de desconocidos solemos intentar llenar el silencio, porque se hace incómodo. También decía alguien este fin de semana que, cuando se emigró masivamente del mundo rural a las ciudades, la sociedad tuvo que readaptar sus formas sociales al nuevo ámbito, porque así como en el pueblo todo lo que se dijera en un sitio público era de ámbito público, en las ciudades hubo que aprender el fingimiento cortés de no estar prestando atención a las conversaciones ajenas.
(En la ronda de preguntas, me quedé con muchas ganas de aportar mi granito de arena, pero no fue posible porque dieron la última pregunta a otra persona... ¡y encima no hizo una pregunta, no es justo! Por eso, no me pude resistir a escribir a Óscar Esquivias algo sobre esa reflexión que me hervía dentro. Lo que sigue.)
(Ya, esto tampoco es una pregunta, pero la idea era sobre todo plantear el tema de los sordos. Como Esquivias me contestó después en privado, lo interesante sería conocer la percepción e ideas sobre el tema de mano -nunca mejor dicho, dada la lengua de signos- de un sordo de nacimiento.)
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