Nos ponen algo gratis y nos tiramos de cabeza a por ello. Como si lo mejor de la vida no fuera gratis: tirarse, un vaso de agua, rascarse, alguien con quien hablar, dejar las redes sociales, el sol, y otras tonterías sublimes que tendemos a ignorar.
Estar a punto de morir parece una buena forma de conseguir que te valoren como persona. Aunque es mejor morir. Lo preocupante no es acumular mierda dentro, lo preocupante es no cagar. Por desgracia, siento que ya sé todo lo que necesito. Por suerte, todavía no es suficiente. No lo digo por despecho ni rencor, simplemente, algunas tías buenas son especialmente malas. Sin mí no soy nada. Poeta atormentado, poeta petardo. Lista de la compra: cerveza sin alcohol, fruta, canela en rama. Cuidado con los enfermos de literatura: se permiten mentir por belleza.
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