"Autores hay que dicen que la primera aventura que le avino fue la del Puertolápice", cuenta Cervantes en el segundo capítulo de El Quijote (aunque "otros dicen que la de los molinos de viento").
Al leer este capítulo, Carmen me recuerda que este era el pueblo, ¿no?
Hace un año, Carmen tuvo el concierto más extraño en el que yo haya estado: un sábado, a las 8 de la mañana, un grupo de gente nos reunimos en unos yacimientos íberos de Jaén para ver el amanecer mientras sonaba el arpa. Se había recreado una puerta, llamada la "Puerta del Sol" -si mal no recuerdo- junto a una extraña roca. Esa misma semana había empezado la primavera, y según nos explicaron, la luz del amanecer pasaría por la puerta, proyectando una sombra tras esa piedra extraña y fálica (este adjetivo no lo añadieron, pero era evidente), que revelaría una forma de doncella, pues, por lo visto, se cree que aquello representaba algún tipo de deidad femenina.
Sin embargo, amaneció nublado.
Después salió el sol. Demasiado tarde. Ahora que me fijo en la foto, si no se hubiera reconstruido la puerta, que hacía sombra, al menos habríamos podido llegar a ver la misteriosa sombra fálico-doncella, aunque fuera un poco más achatada.
Al leer este capítulo, Carmen me recuerda que este era el pueblo, ¿no?
Hace un año, Carmen tuvo el concierto más extraño en el que yo haya estado: un sábado, a las 8 de la mañana, un grupo de gente nos reunimos en unos yacimientos íberos de Jaén para ver el amanecer mientras sonaba el arpa. Se había recreado una puerta, llamada la "Puerta del Sol" -si mal no recuerdo- junto a una extraña roca. Esa misma semana había empezado la primavera, y según nos explicaron, la luz del amanecer pasaría por la puerta, proyectando una sombra tras esa piedra extraña y fálica (este adjetivo no lo añadieron, pero era evidente), que revelaría una forma de doncella, pues, por lo visto, se cree que aquello representaba algún tipo de deidad femenina.
Sin embargo, amaneció nublado.
Después salió el sol. Demasiado tarde. Ahora que me fijo en la foto, si no se hubiera reconstruido la puerta, que hacía sombra, al menos habríamos podido llegar a ver la misteriosa sombra fálico-doncella, aunque fuera un poco más achatada.
Tras el concierto, y aprovechando el lugar, pude grabar a Carmen tocando "Malagueña", de Albéniz.


Pero aquello solo era el comienzo del día.
Según recogimos, y sin perder tiempo, nos pusimos en marcha conduciendo hacia el norte, a Burgos.
A la hora de comer, decidimos parar en el próximo lugar que viéramos. Autores hay que dicen que la primera parada que nos avino fue la del Puertolápice. Y sin haber oído hablar del lugar en la vida, aterrizamos en el quijotesco enclave.
Allí se anunciaba, con un sospechoso tufillo a reclamo turístico, la "Venta" del Quijote.
Aprovechamos a ver un museo que allí había, y como íbamos bastante rápido porque el hambre apretaba y todavía nos quedaba un buen trecho de viaje, yo iba disparando la cámara con alegría y abundancia.
"Don Quijote de La Mancha", Salvador Dalí (1957). Litografía original sobre papel Japón. |
Los donquijotes japoneses me fascinaron.
"Don Quijote con alma búlgara I", Valentín Kovatchev (2005). |
Esta serie también me gustó especialmente.
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"Don Quijote con alma búlgara. Molinos-monstruos II", Valentín Kovatchev (2005). |
"Suite Don Quijote con alma búlgara III", Valentín Kovatchev (2005). |
"Suite Don Quijote con alma búlgara V", Valentín Kovatchev (2005). |
"Todo lo que hoy es permanente en la Historia fue, en su origen, puro Quijotismo" - Gregorio Marañón. |
Tras darnos una vuelta, pedimos consejo para comer, sintiéndonos espléndidos por haber recaído en tal ilustre lugar.
La comida fue comida, y había un gato.
"¿Entonces lo del pueblo era por esa frase del Quijote?".
Supongo que es una mención rentable. Además, ¡es el primer lugar que se menciona en El Quijote después de haber creado un espacio misterioso y ambiguo con ese mítico comienzo!
"¿Pero entonces la "venta" está en Puertolápice?".
Mmmmm... No queda claro, pero dado que menciona dos posibles primeras aventuras -Puertolápice y la de los molinos- (cómo le gusta desborrar certezas) y la que se cuenta acto seguido no es la de los molinos, podría entenderse que la venta estaría en Puertolápice... O no.
Al continuar el camino, paramos en un lugar de la marcha, de cuyo nombre no quiero -ni puedo- acordarme.
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