Ir al contenido principal

Cada día soy uno

No es que no sepa quién soy, es que cada día soy uno.



Piensa en un hipotético desconocido que te enerva porque se pone borde contigo en una situación aleatoria. Si supieras que tiene un problema mental, le perdonarías la indiscreción enseguida. Entonces, ¿por qué no tomártelo como que tuviera un problema mental y dejarlo pasar enseguida? Claro que, ¿qué dice eso de ti y de tus prejuicios y paternalismo hacia la gente con problemas mentales? ¿De pronto te descubres en una luz que te deja feo y eso te incomoda? ¿Vas a solucionarlo? Entonces... ¿ahora pasarás a ser implacable con el que tenga un problema mental, con el santo propósito de no discriminarles?



La inminencia de lo ineludible minimiza la impresión de que se pueda hacer lo imposible.



Hay un pequeño terror que se esconde en el buzón cuando no puedes ver su contenido desde tu altura, y para comprobar si hay algo, sin mirar, metes la mano hasta el fondo.



No sé si es paradójico: a los populistas me los creo más y a la vez, me fío menos. (O igual, simplemente, soy de pueblo).



Los paréntesis son como un refugio antinuclear en el sótano: cercanos pero apartados, antiestéticos pero prácticos, desaconsejables pero seguros.



Un niño a otro en primera fila para ver un paso de Semana Santa.
—No tienes huevos. ¡No tienes huevos! Y no es por picarte. Vamos, yo tampoco.



Llevo cerca de treinta años aprendiendo a escribir, y cualquier día de estos aprendo.



Comentarios

Entradas populares de este blog

Ha muerto un hombre alegre

Nos dejaron sin cigüeñas. Nunca fueron nuestras. Tampoco suyas. Ha muerto un hombre alegre. Tras la pena, hay que volver a la alegría, más alegría aún: más fuerte, más plena, más tranquila, más sincera, más sencilla, para compensar la que se fue. Unas pocas palabras pensando en  Luis Eguílaz , el día en que descubro que nos ha dejado.

Estar a punto de morir

Estar a punto de morir parece una buena forma de conseguir que te valoren como persona. Aunque es mejor morir. Lo preocupante no es acumular mierda dentro, lo preocupante es no cagar. Por desgracia, siento que ya sé todo lo que necesito. Por suerte, todavía no es suficiente. No lo digo por despecho ni rencor, simplemente, algunas tías buenas son especialmente malas. Sin mí no soy nada. Poeta atormentado, poeta petardo. Lista de la compra: cerveza sin alcohol, fruta, canela en rama. Cuidado con los enfermos de literatura: se permiten mentir por belleza.

Diario de sueños: cuatro sueños en una semana

Hace tiempo tenía un diario. Ahí empecé a escribir mis sueños, entre otras cosas. Llegué a apuntarlos frecuentemente. Con el tiempo, empecé a dejar de escribir lo que me pasaba y mis reflexiones, pero seguí escribiendo los sueños que tenía. Así, pasó a ser, más bien, un diario de sueños . Con el tiempo, también abandoné esa costumbre. Lo he comprobado: el último sueño apuntado en racha se quedó en abril de 2016. Después, unas pocas notas esporádicas, hasta agosto de 2018 (y una más, solo una, en 2019). Muchas veces, desde entonces, he soñado cosas que he contado a alguien, o que me guardaba celosamente, y me solía decir que debería volver a escribirlas en el diario de sueños, pero no lo hacía. Muchas veces recordaba los sueños a primera hora y, por no apuntarlos enseguida, volaban al olvido, horas después. Esta semana, por lo que sea, he podido recordar y recoger, bien y pronto, varios sueños, con lo que he vuelto a guardarlos con cierto orden. Esta vez -de momento y para variar- en ...