Peli 7 de 15: El señor de los anillos: La comunidad del anillo.
La película de fantasía más inmersiva que recuerdo, junto a las de Star Wars. Y aunque Star Wars me fascinaba más cuando era pequeño, siento que esta ha envejecido mucho mejor, y si la vuelvo a ver puedo acercarme mucho más a las sensaciones que tuve las primeras veces. Aunque la tercera es la que más premios y halagos ha recibido, yo es esta primera la que recuerdo con más cariño (y nitidez también: creo que tiene escenas realmente icónicas). Por desgracia, en la segunda me dormía (literalmente, la primera vez que la vi) y en la tercera, aunque la devoré con ganas, ya no me sentía tan implicado en la historia.
Estas películas en general, y sobre todo esta, en la que toda la comunidad del anillo marcha junta, me inspiraron fantasías de aventuras con amigos, y eran una referencia constante cuando, en verano, pasábamos unos cuantos días por las montañas de Quintanar de la Sierra, donde fingíamos ser la compañía del anillo, donde Gimli era Ismael, porque solía ir el último, Légolas era David, oteando el horizonte, creo que Gabri solía ser Aragorn y a mí, por nombre, me tocaba ser Sam, si mal no recuerdo (es decir, el héroe de la historia). Imaginábamos encontrar rastros, nuestros palos de andar se convertían en nuestras espadas, los árboles se volvían enemigos...
Por eso, esta es otra de esas películas que puede ser de las más típicas, por haber sido un gran taquillazo, pero, además de estar genialmente hecha, le tengo mucho cariño porque tuvo una gran influencia en mi imaginación adolescente.
La película de fantasía más inmersiva que recuerdo, junto a las de Star Wars. Y aunque Star Wars me fascinaba más cuando era pequeño, siento que esta ha envejecido mucho mejor, y si la vuelvo a ver puedo acercarme mucho más a las sensaciones que tuve las primeras veces. Aunque la tercera es la que más premios y halagos ha recibido, yo es esta primera la que recuerdo con más cariño (y nitidez también: creo que tiene escenas realmente icónicas). Por desgracia, en la segunda me dormía (literalmente, la primera vez que la vi) y en la tercera, aunque la devoré con ganas, ya no me sentía tan implicado en la historia.
Estas películas en general, y sobre todo esta, en la que toda la comunidad del anillo marcha junta, me inspiraron fantasías de aventuras con amigos, y eran una referencia constante cuando, en verano, pasábamos unos cuantos días por las montañas de Quintanar de la Sierra, donde fingíamos ser la compañía del anillo, donde Gimli era Ismael, porque solía ir el último, Légolas era David, oteando el horizonte, creo que Gabri solía ser Aragorn y a mí, por nombre, me tocaba ser Sam, si mal no recuerdo (es decir, el héroe de la historia). Imaginábamos encontrar rastros, nuestros palos de andar se convertían en nuestras espadas, los árboles se volvían enemigos...
Por eso, esta es otra de esas películas que puede ser de las más típicas, por haber sido un gran taquillazo, pero, además de estar genialmente hecha, le tengo mucho cariño porque tuvo una gran influencia en mi imaginación adolescente.
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