Ir al contenido principal

Pensamientos de amo de casa

La verdadera Historia Interminable: adecentar la casa.



Por alguna razón, tengo la percepción de que un huevo frito es más sano que una tortilla.



¿Dónde está la buena literatura de amas de casa? No en plan 50 sombras, sino literal, ¿no hay algún buen libro sobre los suplicios y los gozos de llevar una casa? ¿Alguna recomendación?

(Lo pregunté en Twitter. Más tarde, en privado, me han recomendado La Tía Tula, de Unamuno, Misericordia, de Pérez Galdós y The woman who walked into doors, de Roddy Doyle. Aunque creo que ninguno de ellos está centrado exactamente en lo que preguntaba.)



Cadena de pensamientos:

El la rejilla que protege el desagüe de mi fregadero está llena de mierda -restos de comida-, por arriba y por abajo. Al limpiarla en profundidad, ha desprendido un olor a champiñones.

El olor a champiñones no puede ser de champiñones, hace mucho que no los como.

Si la mierda huele a champiñones, ¿los champiñones son una mierda?

Si los champiñones son una mierda, entonces mi yo pasado tenía razón al rechazarlos.

Pero como aprendí a comerlos y que me gustaran, ahora me pregunto: ¿sería capaz de lograr que me gustara la mierda, si es lo que estuviera social y gastronómicamente aceptado?



Soy consciente: lo que yo llamo limpieza a fondo, mi madre lo llamaría limpieza superficial.



Mi antiguo yo jamás habría entendido que mi día favorito de la semana fuera en el que me dedico a ordenar, cocinar, fregar platos, barrer, fregar el suelo, poner la lavadora, tirar la basura, comprar,...



No había manera de hacer que la foto no se moviera.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Ha muerto un hombre alegre

Nos dejaron sin cigüeñas. Nunca fueron nuestras. Tampoco suyas. Ha muerto un hombre alegre. Tras la pena, hay que volver a la alegría, más alegría aún: más fuerte, más plena, más tranquila, más sincera, más sencilla, para compensar la que se fue. Unas pocas palabras pensando en  Luis Eguílaz , el día en que descubro que nos ha dejado.

Estar a punto de morir

Estar a punto de morir parece una buena forma de conseguir que te valoren como persona. Aunque es mejor morir. Lo preocupante no es acumular mierda dentro, lo preocupante es no cagar. Por desgracia, siento que ya sé todo lo que necesito. Por suerte, todavía no es suficiente. No lo digo por despecho ni rencor, simplemente, algunas tías buenas son especialmente malas. Sin mí no soy nada. Poeta atormentado, poeta petardo. Lista de la compra: cerveza sin alcohol, fruta, canela en rama. Cuidado con los enfermos de literatura: se permiten mentir por belleza.

Diario de sueños: cuatro sueños en una semana

Hace tiempo tenía un diario. Ahí empecé a escribir mis sueños, entre otras cosas. Llegué a apuntarlos frecuentemente. Con el tiempo, empecé a dejar de escribir lo que me pasaba y mis reflexiones, pero seguí escribiendo los sueños que tenía. Así, pasó a ser, más bien, un diario de sueños . Con el tiempo, también abandoné esa costumbre. Lo he comprobado: el último sueño apuntado en racha se quedó en abril de 2016. Después, unas pocas notas esporádicas, hasta agosto de 2018 (y una más, solo una, en 2019). Muchas veces, desde entonces, he soñado cosas que he contado a alguien, o que me guardaba celosamente, y me solía decir que debería volver a escribirlas en el diario de sueños, pero no lo hacía. Muchas veces recordaba los sueños a primera hora y, por no apuntarlos enseguida, volaban al olvido, horas después. Esta semana, por lo que sea, he podido recordar y recoger, bien y pronto, varios sueños, con lo que he vuelto a guardarlos con cierto orden. Esta vez -de momento y para variar- en ...