Ayer, comiendo con compañeros de trabajo, uno mencionó, bromeando, que ya no le sorprendía nada sobre mí desde que descubrió que tengo un pasado de rapero. Hoy, en la sobremesa, mi madre me ha preguntado cómo rapearía yo un par de frases: "los pobres son nuestros dueños / nuestros amos son" (o algo así) para un rap que quieren hacer en la parroquia con los niños sobre Vicente de Paúl. Lo uno ha llevado a lo otro y he terminado recordando y volviendo a escuchar algunas de mis canciones de rap de hace tiempo. Me he quedado con esta porque creo que es de las que mejor vaticinaba lo que estaba por venir, y todavía estoy muy de acuerdo con ella.
Estar a punto de morir parece una buena forma de conseguir que te valoren como persona. Aunque es mejor morir. Lo preocupante no es acumular mierda dentro, lo preocupante es no cagar. Por desgracia, siento que ya sé todo lo que necesito. Por suerte, todavía no es suficiente. No lo digo por despecho ni rencor, simplemente, algunas tías buenas son especialmente malas. Sin mí no soy nada. Poeta atormentado, poeta petardo. Lista de la compra: cerveza sin alcohol, fruta, canela en rama. Cuidado con los enfermos de literatura: se permiten mentir por belleza.
Comentarios
Publicar un comentario