Ayer publiqué unas ilustraciones basadas en un trozo de la canción "Segundo movimiento: lo de fuera", de Extremoduro: Vente a la sombra, amor.
Intentando hacer honor al lema que corona este lugar, "TODO FUERA" (que por cierto, es mentira, porque todavía me autocensuro), hoy quiero compartir algunos detalles del proceso de creación. Habitualmente estas cosas se suelen ocultar, y, como si se tratara de un truco de magia, se muestra solo el resultado final, con cierto a temor a que las claves del truco arruinen el efecto final (aunque eso ha cambiado mucho hoy en día, en Internet sobre todo). Pero, incluso cuando se trata de la cosa más tonta del mundo, como es el caso, a mí siempre me parecen interesantes los andamiajes de las cosas.
Todo empezó escuchando música sugerida automáticamente por la playlist de "Mi mix" en YouTube. De hecho, me había puesto a escribir: "Siempre está bien regalar música. Mi música de esta mañana:..." y una lista de canciones que estaba escuchando. Ya que estamos, la pongo:
Mr. Tambourine Man, Bob Dylan. (Sí, de nuevo).
Whatever, Oasis
Something, The Beatles
Night Moves, H-Burns.
Waiting for the Miracle, Leonard Cohen.
Pale Blue Eyes, Velvet Underground.
A Dream of Her, Micah P. Hinson.
Y por supuesto: Segundo movimiento: lo de fuera, de Extremoduro.
Con ella llegó el huracán.
Por alguna razón, mis orejas se engancharon al "Vente a la sombra, amor, que yo te espero", y una fibra gruesa vibró fuerte desde alguna caverna escondida. Qué tonto me pongo.
El caso es que volví a oírla. La canté, la grité, dejé que me atravesara, y me atravesó.
Después de cantarla y llorarla, tuve que escribirla.
Intentando hacer honor al lema que corona este lugar, "TODO FUERA" (que por cierto, es mentira, porque todavía me autocensuro), hoy quiero compartir algunos detalles del proceso de creación. Habitualmente estas cosas se suelen ocultar, y, como si se tratara de un truco de magia, se muestra solo el resultado final, con cierto a temor a que las claves del truco arruinen el efecto final (aunque eso ha cambiado mucho hoy en día, en Internet sobre todo). Pero, incluso cuando se trata de la cosa más tonta del mundo, como es el caso, a mí siempre me parecen interesantes los andamiajes de las cosas.
Todo empezó escuchando música sugerida automáticamente por la playlist de "Mi mix" en YouTube. De hecho, me había puesto a escribir: "Siempre está bien regalar música. Mi música de esta mañana:..." y una lista de canciones que estaba escuchando. Ya que estamos, la pongo:
Mr. Tambourine Man, Bob Dylan. (Sí, de nuevo).
Whatever, Oasis
Something, The Beatles
Night Moves, H-Burns.
Waiting for the Miracle, Leonard Cohen.
Pale Blue Eyes, Velvet Underground.
A Dream of Her, Micah P. Hinson.
Y por supuesto: Segundo movimiento: lo de fuera, de Extremoduro.
Con ella llegó el huracán.
Por alguna razón, mis orejas se engancharon al "Vente a la sombra, amor, que yo te espero", y una fibra gruesa vibró fuerte desde alguna caverna escondida. Qué tonto me pongo.
El caso es que volví a oírla. La canté, la grité, dejé que me atravesara, y me atravesó.
Después de cantarla y llorarla, tuve que escribirla.
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Fe de erratas: "dentro de el cuerpo", no del pecho. |
Al principio solo quería cantarla, y eso hice, también con la guitarra, solo ese fragmento, una y otra vez hasta sentirme más o menos a gusto con ella y, sobre todo, conseguir superar la emoción irrefrenable que me venía cada vez que la cantaba a capella. La técnica amansa a las fieras. (Siendo técnicos: la mecánica).
Me vinieron las ganas de ilustrar los versos, y aboceteé a toda prisa.
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"Somba" (Gracias Suso33 por la inspiración) |
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Sí, mi primera idea era poner el corazón con bien de hielo en la misma neverita portable de las cervezas en las barbacoas. |
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Cuerpazo, debería decir. |
Todas estas notas son posibles gracias a esta maravillosa libreta:
Me la dieron en un congreso de investigación de universidades en Vigo. Tiene como mil millones de páginas y siempre se las apaña para estar a mano cuando tengo que escribir una idea, o hacer un borratajo. Quiero mil iguales.
Después, llegó la parte de ponerme con las acuarelas.
Las dos primeras fueron sin mayor problema (teniendo en cuenta que no controlo las acuarelas casi nada), del tirón me quedé satisfecho. No porque quedaran perfectas, sino porque llegaban a pasables.
Pero en la tercera imagen en la que se repite "vente a la sombra, vente, amor, / que yo te espero", se me ocurrió la poco original idea de innovar, y la cagué:
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Los habitantes de la Atlántida os saludan en son de paz... |
Por fin opto por una solución a la medida de mis posibilidades, una simple silueta... que, aunque me vale estéticamente, pierde la posición que me gustaba, y parece convertirse en una especie de saludo formal que no me convence.
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Siempre te podemos usar para hacer un emoticono para la formalización de negocios |
Después de esto, decidí volver más a la idea original y quedé a gusto a la primera, aunque tenga sus cosas.
Llegué a la cuarta ilustración, y tras la experiencia con las manos, y teniendo en cuenta que nunca había ilustrado un cerezo en flor ,en cuanto vi que salía algo pasable le hice foto... por si acaso la fastidiaba después.
A esta base le añadí el cerezo y algunos toques y vualá:
Y nada más reseñable. Esta canción es una pasada (y todo un periplo, en el que estos cuatro versos no son más que una parada) y he gozado mucho viajándola una y otra vez, y cantándola hasta las lágrimas, y rascándome un poco, con estos dibujos, el picor de fuego que se me había instalado en todo el cuerpo.
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