Ir al contenido principal

Lo bueno de no vivir en los Estados Unidos

Lo bueno de no vivir en los Estados Unidos es, por la noche, no tener miedo a que entre un tipo con una pipa o una escopeta, y por la mañana, no tener miedo a que haya un francotirador listo para matarte cuando levantas la persiana.



Burgos es una ciudad perfecta para la bicicleta. Plana, pequeña, vertebrada por la gran recta del río. No entiendo que no haya una barbaridad más de bicis. ¿Tan poca gente cabal hay en Burgos? ¿Es comodidad? ¿Es por el mal tiempo? ¿Vergüenza? ¿Indiferencia? ¿Desconocimiento? Personalmente me viene muy bien, menos competencia y menos tráfico. Ya existe bastante rechazo hacia las bicicletas por parte de los viandantes, para los pocos que somos. Pero las ventajas, para una persona que quiera moverse sola por la ciudad, son tan abrumadoras, que no me explico que no se compren montañas de bicicletas que abarroten la ciudad hasta no ver árbol, farola o poste petado de bicicletos, y masas de ciclistas copando la carretera como si aquello fuera el Tour. Ahorro de combustible (o ahorro de tener otro vehículo, si ni siquiera lo necesitas), facilidad de aparcamiento, versatilidad para llegar a cualquier lugar y tomar atajos y cambiar a conveniencia entre la acera y la carretera (hay quien lo critica pero me da igual, es seguramente la ventaja más poderosa de la bicicleta), hacer ejercicio (o al menos no amuermarse), no contaminar, tomar el aire... Y además, disfrutar, simplemente, de la gozada de deslizarse a unos palmos del suelo, la experiencia más accesible y cercana a algo que podría considerarse casi volar.



Bendito, maldito, puto, santo Leonard Cohen.





Para mí, una ensalada es una ingeniería para olvidar que estoy comiendo una lechuga, un tomate y una cebolla crudos.



Bendito, maldito, puto, santo Glière.

Comentarios

  1. Añado:

    Una hamburguesa es una ingeniería para olvidar que estoy comiendo el culo de un becerro que no tendría corazón para matar con mis propias manos.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Ha muerto un hombre alegre

Nos dejaron sin cigüeñas. Nunca fueron nuestras. Tampoco suyas. Ha muerto un hombre alegre. Tras la pena, hay que volver a la alegría, más alegría aún: más fuerte, más plena, más tranquila, más sincera, más sencilla, para compensar la que se fue. Unas pocas palabras pensando en  Luis Eguílaz , el día en que descubro que nos ha dejado.

Estar a punto de morir

Estar a punto de morir parece una buena forma de conseguir que te valoren como persona. Aunque es mejor morir. Lo preocupante no es acumular mierda dentro, lo preocupante es no cagar. Por desgracia, siento que ya sé todo lo que necesito. Por suerte, todavía no es suficiente. No lo digo por despecho ni rencor, simplemente, algunas tías buenas son especialmente malas. Sin mí no soy nada. Poeta atormentado, poeta petardo. Lista de la compra: cerveza sin alcohol, fruta, canela en rama. Cuidado con los enfermos de literatura: se permiten mentir por belleza.

Diario de sueños: cuatro sueños en una semana

Hace tiempo tenía un diario. Ahí empecé a escribir mis sueños, entre otras cosas. Llegué a apuntarlos frecuentemente. Con el tiempo, empecé a dejar de escribir lo que me pasaba y mis reflexiones, pero seguí escribiendo los sueños que tenía. Así, pasó a ser, más bien, un diario de sueños . Con el tiempo, también abandoné esa costumbre. Lo he comprobado: el último sueño apuntado en racha se quedó en abril de 2016. Después, unas pocas notas esporádicas, hasta agosto de 2018 (y una más, solo una, en 2019). Muchas veces, desde entonces, he soñado cosas que he contado a alguien, o que me guardaba celosamente, y me solía decir que debería volver a escribirlas en el diario de sueños, pero no lo hacía. Muchas veces recordaba los sueños a primera hora y, por no apuntarlos enseguida, volaban al olvido, horas después. Esta semana, por lo que sea, he podido recordar y recoger, bien y pronto, varios sueños, con lo que he vuelto a guardarlos con cierto orden. Esta vez -de momento y para variar- en ...