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Sonrisas debajo de la piel

Tu piel tiene oídos
para el idioma de mis caricias.



No tienes mis manos
para estrujarte,
ni mi boca
para taparte,
ni mi tronco
para apoyarte,
ni mis brazos
para envolverte.

Pero tienes mi cariño
para auparte
y calentarte
y sonreírte
y acompañarte.
Él reserva, en la lejanía,
para ti mis manos,
mi boca,
mi tronco,
mis brazos,
aparte.



Te quiero sin querer. Sin querer, queriendo.
No me hace falta querer quererte,
te quiero sin esfuerzo.
No es que no quiera quererte y tener,
es simplemente que te quiero, sin querer.



Tu presencia
me despierta
sonrisas
debajo de la piel



Calima

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